Pablo Honey, 1993.

El tema es una composición de Thom Yorke con la que todos nos vemos identificados, cuando nos sentimos como gusanos reptantes ante una persona amada que no nos ama. Parece ser que el grupo se arrepiente un poco de este tema y se olvida de él en sus conciertos, porque para algunos de sus miembros era demasiado baladístico y comercial. En concreto el guitarra Jonny Greenwood le dió esa fuerza porque no soportaba la lentitud del mismo y trató de darle algo de caña. De ahí ese acorde distorsionado que los puso en el panorama musical mundial.

Sea como fuere, es uno de los temas más conocidos de la banda que siempre apetece escuchar.

Retrocedemos las agujas del tiempo 21 años.

Anabel Junco – TodoMúsicayMás